miércoles, 12 de septiembre de 2007

Homenaje a Sarmiento

En un comentario a una entrada anterior, un lector nos agradece hasta ahora, haberle informado que cierto precandidato a la Presidencia de la Argentina sostiene posiciones abortistas. En su sentir —si es que lo quél dice es propiamente sentir— afirma que el aborto es un bien, por que nos libraría de los pobres villeros, que gracias a esta moderna institución homicida, irían perdiendo, poco a poco, su densidad poblacional indeseable ...

Nos resulta así y entonces lo presente, una oportunidad insospechada para prestar un nuevo servicio al lector en cuestión, homenajenando de consuno al santón laico, titular de la fiesta del día, brindando una respuesta adecuada a las demográficas inquietudes de nuestros lectores.

...los indios

“¿Lograremos exterminar los indios? Por los salvajes de América siento una invencible repugnancia sin poderlo remediar. Esa calaña no son más que unos indios asquerosos a quienes mandaría colgar ahora si reapareciesen. Lautaro y Caupolicán son unos indios piojosos, porque así son todos. Incapaces de progreso. Su exterminio es providencial y útil, sublime y grande. Se los debe exterminar sin ni siquiera perdonar al pequeño, que tiene ya el odio instintivo al hombre civilizado”.

(“El Progreso”, 27 de septiembre de 1844)

“Quisiéramos apartar de toda cuestión social americana a los salvajes por quienes sentimos, sin poderlo remediar, una invencible repugnancia, y para nosotros, Colo Colo, Lautaro y Caupolicán, no obstante los ropajes civilizados y nobles de que los revistiera Ercilla, no son más que unos indios asquerosos, a quienes habríamos hecho colgar y colgaríamos ahora, si reaparecieran en una guerra de los araucanos contra Chile, que nada tiene que ver con esa canalla”.

(Extractado de: Nueva Crónica de la Conquista del Tucumán, de Roberto Levillier, Madrid, 1926)

...los gauchos

“Tengo odio a la barbarie popular... La chusma y el pueblo gaucho nos es hostil... Mientras haya un chiripá no habrá ciudadanos, ¿son acaso las masas la única fuente de poder y legitimidad? El poncho, el chiripá y el rancho son de origen salvaje y forman una división entre la ciudad culta y el pueblo, haciendo que los cristianos se degraden... Usted tendrá la gloria de establecer en toda la República el poder de la clase culta aniquilando el levantamiento de las masas”.

(Carta a Bartolomé Mitre, del 24 de septiembre de 1861)

“En las provincias viven animales bípedos de tan perversa condición que no sé qué se obtenga con tratarlos mejor”.

(Informe enviado a Mitre en el año 1863)

...los paraguayos

“Estamos por dudar de que exista el Paraguay. Descendientes de razas guaraníes, indios salvajes y esclavos que obran por instinto a falta de razón. En ellos se perpetúa la barbarie primitiva y colonial. Son unos perros ignorantes de los cuales ya han muerto ciento cincuenta mil. Su avance, capitaneados por descendientes degenerados de españoles, traería la detención de todo progreso y un retroceso a la barbarie... Al frenético, idiota, bruto y feroz borracho Solano López lo acompañan miles de animales que le obedecen y mueren de miedo. Es providencial que un tirano haya hecho morir a todo ese pueblo guaraní. Era preciso purgar la tierra de toda esa excrecencia humana: raza perdida de cuyo contagio hay que librarse”.

(Carta a Mitre, año 1872)

Domingo F. Sarmiento

...los argentinos

“(son) una dañosa amalgama de razas incapaces e inadecuada para la civilización”.

“Los argentinos somos pobres hombres llenos de pretensiones y de inepcia, miserables pueblos, ignorantes, inmorales y apenas en la infancia. Somos una raza bastarda que no ocupa, sino que embaraza la tierra”.

“Nuestro pueblo no está preparado sino para degollar, robar, haraganear, desvastar y destruir”.

(De sus Obras Completas)

SARMIENTO Y CHILE

“He contribuido con mis escritos aconsejando con tesón al gobierno chileno a dar aquel paso. Magallanes pertenece a Chile y quizás toda la Patagonia. No se me ocurre, después de mis demostraciones, cómo se atreve el gobierno de Buenos Aires a sostener ni mentar siquiera sus derechos. Ni sombra, ni pretexto de controversia queda”.


(“El Progreso”, diario chileno dirigido por Sarmiento, 28 de noviembre de 1842).

“Que no suene más el nombre de los argentinos en la prensa chilena; que los que en nombre de aquella nacionalidad perdida ya habían levantado la voz guarden un silencio respetuoso; que se acerquen a los que por ligereza u otros motivos los habían provocado; y les pidan amigablemente un rincón en el hogar doméstico, de lo que en lo sucesivo serán, no ya huéspedes, sino miembros permanentes… Ahora, no hay más patria que Chile; para Chile debemos vivir solamente y en esta nueva afección, deben ahogarse todas las antiguas afecciones nacionales… Fundámonos en intereses e ideas con las nacionales, participemos de sus afecciones, de sus costumbres y de sus gustos. Hagámonos dignos de ser admitidos entre los individuos de la gran familia chilena y conquistemos la nacionalidad por la moralidad de nuestras costumbres, por nuestra laboriosidad y por nuestros servicios a la causa de la libertad y de la civilización que en Chile como en cualquier otra sección americana tiene amigos y partidarios”.

(“El Progreso”, diario chileno dirigido por Sarmiento, 11 de enero de 1843).

“La cuestión de Magallanes nos interesa bajo otro aspecto que no es puramente personal. En 1842, llevando adelante una idea que creíamos fecunda en bienes para convicción de que aquel territorio era útil a Chile e inútil a la República Argentina.

“Téngase presente además, que todas las cartas geográficas hechas en Europa, ponen los límites a la República aquélla, el Río Negro al Sud, demarcando separadamente la Patagonia como país distinto, y aunque este hecho no constituya derechos en favor de nadie, muestra ya la opinión de todos los pueblos con respecto a aquellos parajes, que la colonización española no ha ocupado; y no sabemos si sería obra de caridad arrebatar el terreno para poblarlo, a un gobierno como el argentino, que no es capaz de conservar poblado el que le dejó sometido y pacificado la España”.

(“La Crónica”, de Santiago de Chile, 29 de abril de 1849)

“El primer principio de equidad que ha de consultarse es éste: Un territorio limítrofe pertenecerá a aquel de los dos Estados a quien aproveche su ocupación, sin dañar ni menoscabar los intereses del otro.

“Este principio, seguido en todos los tratados de demarcación de límites de países despoblados tiene su completa aplicación en Magallanes. El Estrecho es una vía necesaria, indispensable de comunicación para Chile; es uno de sus caminos para Europa que le interesa aclarar, asegurar, poblar, para mejorar su comercio.

“Para Buenos Aires el estrecho es una posesión inútil… Quedaría por saber aún, si el título de erección del Virreinato de Buenos Aires expresa que las tierras del sud de Mendoza y poseídas aún hoy por chilenos, entraron en la demarcación del virreinato, que a no hacerlo, Chile pudiera reclamar todo el territorio que media entre Magallanes y las provincias de Cuyo… ¿Qué haría el Gobierno de Buenos Aires con el Estrecho de Magallanes…? Que pueble pues el Gobierno de Buenos Aires el Chaco, el Sud hasta el Colorado y el Negro, que dé seguridad a sus fronteras, que allane las dificultades del comercio interior; que regularice las leyes de aduana y deje el Estrecho a quien lo posee con provecho y no podrá abandonarlo sin mengua. Ningún interés nacional lo lleva a aquel punto, que a dejarlo Chile, le recuperarían los bárbaros, sin que el Gobierno de Buenos Aires tenga interés para hacer las erogaciones que demanda la ocupación de aquel país, remoto, frígido e inhospedable”.

(“La Crónica”, de Santiago de Chile, 11 de marzo de 1849)

SARMIENTO Y EL PUEBLO

“Tengo odio a la barbarie popular… la chusma y el pueblo gaucho nos es hostil”.

(“El Nacional”, 3 de febrero de 1857).

“Fue tal el terror que sembramos en toda esa gente —la oposición— con éstos y otros medios (establecimos en varios puntos depósitos de armas y municiones, encarcelamos como unos veinte extranjeros complicados en una supuesta conspiración; algunas bandas de soldados armados recorrían de noche las calles de la ciudad acuchillando y persiguiendo a los mazorqueros) que el 29 triunfamos sin oposición [N. de la R.: en las elecciones del 29 de marzo de 1857]. Los gauchos que se resistieron a votar por los candidatos del gobierno fueron encarcelados, puestos en el cepo, enviados al ejército para que sirviesen en la frontera con los indios y muchos de ellos perdieron el rancho, sus escasos bienes y la mujer”.

(Carta a Domingo Oro, 17 de junio de 1857).

“Si los pobres de los hospitales, de los asilos de mendigos y de las casas de huérfanos se han de morir, que se mueran: porque el Estado no tiene caridad, no tiene alma. El mendigo es un insecto, como la hormiga. Recoge los desperdicios. De manera que es útil sin necesidad de que se le dé dinero. ¿Qué importa que el Estado deje morir al que no puede vivir por sus defectos? Los huérfanos son los últimos seres de la sociedad, hijos de padres viciosos, no se les debe dar más que de comer”.

(Del discurso en el Senado de la Provincia de Buenos Aires, 13 de septiembre de 1859).

“No trate de economizar sangre de gauchos. Éste es un abono que es preciso hacer útil al país. La sangre de esta chusma criolla, incivil, bárbara y ruda, es lo único que tienen de seres humanos”.

(Carta a Bartolomé Mitre, 20 de septiembre de 1861; el destinatario ejecutó el consejo lo mejor que pudo ...)

“El plan definitivo: asegurar los principales puntos de la República con batallones de línea, o lo que es lo mismo, apoyar a las clases cultas con soldados contra el levantamiento del paisanaje”.

(Del Archivo Mitre).

Misión cumplida. Para finalizar, anotamos que, en realidad, la única diferencia con los sempiternos candidatos democráticos de hoy en día, es la franqueza, la autenticidad, que diría un chillón tercermundista. Pero nos parece que, de todas formas, no alcanza para ir al cielo.

¡Feliz día del Maestro!



Nuestro agradecimiento a Panorama Católico

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