martes, 10 de abril de 2007

La paloma levantó vuelo ... ¡y era buitre!

El muy miserable y “centroderechista” presidente portugués, Anibal Cavaco Silva, procedió hoy a promulgar la ilegal ley que permite realizar abortos hasta la décima semana de gestación. Luego de la votación parlamentaria mantuvo en suspenso a toda la nación, haciendo pensar que utilizaría su facultad de enviar el proyecto al Tribunal Constitucional antes de promulgarlo, o tal vez para negarse a hacerlo; pero al dejar vencer el plazo legal para hacerlo el 30 de marzo pasado, muchos especialistas pensaron que, en realidad, era su propósito vetar la criminal ley.

Finalmente, mostrando en su vuelo que era más un ave de rapiña política que una paloma pacífica o un auténtico estadista, Cavaco, que se presentó hace un poco más de un año ante el electorado portugués como un líder de centroderecha, ni remitió el proyecto al Tribunal constitucional para su fiscalización —una facultad constitucional que tienen los legisladores de la minoría parlamentaria o el Presidente del país, a fin de hacer revisar un proyecto de ley aprobado por la mayoría pero que pudiera ser contrario a la Constitución Portuguesa— ni tampoco lo vetó, como durante tres semanas se permitiera hacer creer que sucedería cuando dejó vencer la oportunidad para descalificar el proyecto, sino que sencillamente lo promulgó hoy, burlándose así de todo Portugal y mostrándose, recién ahora, como quien realmente es.

Cavaco Silva nunca se pronunció a favor del aborto en su campaña política, ni permitió jamás que se levantara en la población la sospecha de que sería tolerante con este flagelo homicida y, más aún, que lo apoyaría resueltamente como lo ha hecho. Pocas semanas atrás, en una maniobra política para ganar espacio en los medios de difusión y presentar la falsa necesidad de una reforma legislativa en este aspecto, el primer ministro Sócrates provocó un plebiscito nacional en el cual la población se negó masivamente a participar, por cuyo motivo la consulta fracasó por segunda vez en 10 años, pues la constitución portuguesa exige que, para que el resultado de una consulta popular sea vinculante para el gobierno, es preciso que participen en ella, lo menos, un número de votantes igual al 50% del padrón electoral. En su día, dimos cuenta del segundo plebiscito, de su resultado y de la estafa política que se perpetraba por este medio. Pero el Presidente de la República no se mostró en ningún momento como favorable a este proyecto sino que, por el contrario, permitió que se creyera que lo vetaría o que, por lo menos, lo enviaría al Tribunal Constitucional para su invalidación.

En nuestra entrada anterior, utilizábamos como descripción gráfica de la situación, una paloma tomando lecciones sobre la manera de embromar a los seres humanos, aún sin darle ninguna otra connotación ornitológica que la que surgía de la exposición lúdica de aquella graciosa imagen.

Pero hoy, comparando aquella inocente fotografía con la presente realidad, y con la ferocidad criminal que el planeo voraz del Presidente ha mostrado, creemos necesario rectificarla ofreciendo, en cambio, otra del aludido político “centroderechista”, donde se lo muestra en el momento de alzar su engañoso vuelo.



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