domingo, 15 de abril de 2007

El Irízar

E l incendio del rompehielos argentino «Almirante Irízar», el único buque de su clase que navega en el Hemisferio Sur, ha golpeado profundamente a todos los argentinos; a los no argentinos, no. Fue botado en Finlandia en 1980 para la Marina de la Argentina y ha estado en servicio ininterrumpido desde entonces.

Pese a ser, nominalmente, un buque de la Marina de Guerra, durante estos casi 30 años de singladura, su nombre ha sido sinónimo de paz, de alegría y, no pocas veces, de esperanza de vida.

Además de reaprovisionar puntualmente las bases militares del territorio argentino antártico —asombrosa tarea en la cual la Argentina lleva nada menos que 102 años— ha efectuado más rescates y misiones humanitarias (acá decíamos antes: caritativas) que la ONU en 60 años de inoperancia efectiva y cacareo degenerado; ha salvado vidas, buques, cargamentos y ha mantenido la humilde dignidad argentina siempre alta, compartiendo el prestigio de su antecesor, el glorioso rompehielos «General San Martín», al cual vino a reemplazar. Se podría afirmar, sin temor a errar, que es el símbolo más honroso e indiscutible del prestigio del uniforme azul, su más destacada condecoración. El símbolo mismo de la resistencia ante la adversidad y la inclemencia, de la verdadera solidaridad argentina, antes que de la acometividad; Santo Tomás decía que era más virtuoso resistir que atacar (S. Th. II-IIæ, cuestión 128, artículo 6).

Es un símbolo argentino clásico, pero de esa clase que no se pregona y del cual casi nadie habla, pero ante cuya posible desaparición, se estremecen los ánimos y se consterna todo un país, reconociendo en esa silueta inconfundible, una de las cosas que, realmente, unen, convocan y representan. En estricta verdad, se trata de una presencia que, de una forma u otra, abofetea la estúpida sensación de superioridad nórdica llevando a cabo una tarea que pocos o nadie está en condiciones, o siquiera dispuesto, a llevar adelante. Y entonces, por desgracia para el noble buque, es un símbolo de la verdadera y más profunda gallardía nacional e iberoamericana.

—Y diga Usté: ¿dónde está la desgracia?

Pues justamente en ser símbolo de algo que es temido, odiado, despreciado y escarnecido, por el solo hecho de existir, por toda esa mafia de rencorosos, cobardes y tilingos que, para mal de nuestros pecados, comparten el suelo patrio. ¿Y los que no lo comparten...? También.

Alberto Buela, un interesante y muy apreciable pensador argentino, que demuestra su talento poniendo por delante algunas pasiones desordenadas (solamente de sentimentalismo político, a no temer), las cuales juegan como el contrapeso que debe vencerse para no perderse ni una sola de sus interesantes letras, sostiene la tesis del atentado inglés al rompehielos, como una venganza contra una decisión del gobierno argentino que limitó los derechos de algunas compañías inglesas en el continente.

Aunque recomendamos la lectura de todo el artículo, algunos párrafos de Buela merecen destacarse aquí:

Desde la época de la restauración democrática (circa 1983) cuando el canciller Caputo proclamó la teoría de la diplomacia desarmada, según la cual se plantea por principio la no-conflictividad con los otros Estados de la tierra, la Argentina actuó en el orden internacional a través de lo que el filósofo español Gustavo Bueno llama: la política Alicia. Por aquello de Alicia en el país de las maravillas y cosas por el estilo, que parte de la base falsa que si nosotros negamos el conflicto los otros Estados harán lo mismo.

Esta "política Alicia" la rompió el canciller Taiana hace unos pocos días cuando anuló los contratos y pactos del gobierno de Menen y su canciller Di Tella (el de las relaciones carnales con los Estados Unidos, el que le enviaba bombones y tarjetas de Navidad a los kelpers) con Inglaterra sobre explotación petrolera en torno a las islas Malvinas

La respuesta de Inglaterra no se hizo esperar y previendo que la compañía petrolera Schell no va a poder operar en el territorio continental argentino, en un atentado —típicamente inglés— le destruyó el único buque argentino que puede navegar con autonomía y seguridad el Atlántico Sur.

Como dice el autor de la muy recomendable tesis: si non e vero, e bene trovato.

4 comentarios:

Muret dijo...

Estimado Ludovico: ¿No será un poco exagerado?. Cuando leo teorías conspirativas desconfío siempre. Me gustan las novelas de misterio como a cualquier vecino, pero no pasan de ser ficciones. ¿En qué se basa el autor para lamar atentado lo del Irizar?. ¿No es mucho mas lógico suponer falta de mantenimiento?
Me da bronca que siempre le estemos hechando la culpa al villano de turno para no hacernos cargo de nuestras responsabilidades.
La teoría sería divertida si fuese una novela, pero si no lo es, me parecen que me están tomando por idiota.
Saludos

Ludovico ben Cidehamete dijo...

Querido Muret:
Alberto Buela es de lo mejorcito que tenemos por aquí en materia de "pensamiento nacional", como diría él.
Sus aciertos en diversos renglones de la política patria lo hacen mucho más creíble, por lejos, que cualquier político vernáculo o extranjero.
Pero además, expone ciertas razones, Ud. puede leer en el enlace que pusimos en la nota, y le reitero aquí, que hacen perfectamente aceptable la tesis del escritor. De todos modos y como verá, lo hemos presentado como mera hipótesis, que creemos es lo que se trata; pero los antecedentes de los inculpados, permiten la duda y, aún más, la sospecha ...
Con el tiempo, las cosas se van sabiendo: ahora sabemos que los ingleses aceleraron el asesinato de Mussolini, Clara Petacci y los demás miembros del Gran Consejo asesinados en Milán, para evitar que los yankis los llevaran a juicio y Mussolini hablara ...
Ahora sabemos que Hemingway, en realidad, fue siempre un agente de la OSS, la actual CIA, tanto en la Guerra Civil Española como en la 2ª Guerra mundial, donde asesinó personalmente a varios prisioneros de guerra, según sus propios dichos.
Ahora sabemos que la persecución judía contra Pío XII, tuvo su origen en la KGB (ex NKVD) y en los medios de difusión cómplices de todo Occidente, que propalaron las mentiras comunistas. O que los campos de concentración nazis eran principalmente para católicos y no para judíos, etc.
Son muchas las cosas de las cuales este siglo pasado, atorrante como pocos y demoníaco como ninguno, deberá rendir cuentas.
Un atentado contra el Irízar, en las condiciones en que ocurrió, es por lo menos sospechoso, tanto como la falta de mantenimiento, o la permanente negativa a CREER, nunca jamás, que los americanos (los verdaderos, los íbero-católicos) podamos ser objeto de la envidia universal ... y de sus enconos.
Rosas fue objeto de múltiples atentados de muerte, uno de los cuales, por medio de una maquinilla infernal que disparaba múltibles balazos y cuya construcción debe haber constado una fortuna al anónimo cobarde. Y digo "cobarde" porque en aquel tiempo, sin vidrios blindados ni custodias esperpénticas, matar a un jefe de estado era la cosa más fácil del mundo, como lo prueban la infinidad de atentados, exitosos o no, de aquellos años medianos del siglo XIX. ¿Iba a ser mejor el siglo XX?
Los yankis cerraron el siglo con un "autoatentado" que les pemitió liquidar el Imperio español a tiros, y quedarse con Cuba, Filipinas, Puerto Rico, las Marianas, etc., igual que habían robado a México 4.000.000 km cuadrados (no se asuste, la cifra es ésa, nomás) entre 1824 (en que lograron hacer matar al invencible Iturbide, a quien temían) y 1852; incluyendo la invasión de ciudad de México en 1848.
¿Hoy le temblaría el pulso, al bicégalo imperio anglosajón, para asestar un golpecito al Irízar, buque insignia de una Armada que ha sido enemiga? Creo que no.
Por lo tanto, si non e vero e bene trovato.
Saludos pascuales
L. b-C.

Muret dijo...

Estimado Ludovico: Me ha dejado asombrado. Leí el artículo linkeado, e insisto. ¿La sospecha viene porque había dos oficiales chilenos en el buque?. No señor. Viene del lado de que no se explica porqué había dos oficiales chilenos en el buque, admitiendo que es una práctica común. Viene de que sucedió donde sucedió, y hasta lo confirma el hecho de que la tripulación y el capitán quedaron como héroes, terminando el cuadro “perfecto”.
¿Y Usted, hombre leído, culto y sabio (no estoy sobando nada, es lo que pienso de verdad) lo sostiene porque los sospechosos mataron a Mussolini, Hemingway era espía y asesino, la KGB ensució a Pío XII, a México le robaron 4 millones de kilómetros cuadrados, los Nazis mataban católicos, y a Rosas lo trataron de asesinar cobardemente?.
No me cierra. Disculpe, pero no me cierra. Sé y admito los crímenes de los sospechosos enunciados por usted, y no, no me asusto, ya lo sabía. Sabía también que Rockefeller (Nelson, el segundo) aconsejó (e implementó con cierto éxito) desalojar el catolicismo de América, y que América es una apetecible tierra que vale la pena tener subdesarrollada como negocio y para mantener un “Nuevo Orden Mundial” que llena panzas norteñas.
Pero decir con estas bases que lo del Irizar fue un atentado me parece por lo menos una imprudencia que a la corta hace el caldo gordo a quienes NO QUIEREN CREER, nunca jamás, que mencionaba usted antes.
La condición de los sospechados, y las circunstancias, es cierto, harán que una novela así se venda como pan caliente. Pero, y por eso llamo a la prudencia, no quisiera caer en las mismas armas de enemigo (armas que atan, porque no son de Dios), que con una película hace historia en el imaginario colectivo y cualquier ganso se imagina que porque vió en el cine, que se yo, Cruzada, digamos, sabe de historia medieval y es Doctor en Cruzadas.
Me gusta mucho este blog y no es secreto que admiro el tono y el tenor de los artículos, así como las ideas del autor, de modo que digo esto con cariño y humildad, sabiendo que puedo estar equivocado. Pero si lo estoy, me gustaría saber porqué.
Saludos pascuales también.

Ludovico ben Cidehamete dijo...

Querido Muret:
Convengamos que mi bitácora está lejos, remótamente lejos, de producir el mismo efecto que un vista de cine malintencionada ... No tanto por lo que a su autor atañe, como por sus posibilidades concretas de difusión.
Eso, por primero. Por lo tanto, los catastróficos efectos que Ud. prevé los veo (no sin envidia, créame) quasi imposibles, del todo impracticables.
Segundo: La mención del atentado, como dice la entrada, es como situación HIPOTÉTICA, pero fundada en sólidos antecedentes conocidos que, si no quedasen en su momento demostrados por las pruebas, servirían (así dice su autor, que ciertamente no soy yo) para una interesante novela.
Tres, en cuanto a lo antecedentes: Acépteme que, cuando Malvinas en 1982, quienes NO CREYERON que los ingleses vendrían (yo dije públicamente que sí lo harían), por que no conocían los antecedentes o no los valoraron en lo que enseñaban, fogonearon un final infeliz para una gesta épica y única en el mundo: La Argentina desafiando al marxismo y al liberalismo juntos ¡asombroso! (Los idiotas útiles decían: EE. UU. tendrá que ayudarnos por estar obligados por el TIAR ¿se acuerda? Inglatera no puede atacar a un aliado anticomunista, etc.).
Otros, no quisieron creer, ni ver (por que estaba a la vista, realmente) que Chile auxiliaba con todos sus recursos a los invasores anglios, prestándoles base, suministros e inteligencia. Una bajeza de la cual todavía no se han arrepentido, pese a tener todos los gobiernos "zurdos" y "progres" que declaman antieuropeísmo, anticolonialismo y otras pamplinas a tontas y a locas. 'Con' tontas y locas...
Mientras tanto, al leal gobierno de Sudáfrica, que nos brindó cierto determinante auxilio de sumo interés, o al del Perú, que nos asistió con 'efectividades conducentes', como decía "El Peludo", no veíamos momento para escarnecerlos (en democracia, claro).
¿Aquilata Ud. suficientemente estos antecedentes, querido Muret, y extrae de ellos TODAS las consecuencias posibles ...?
Yo creo que la gesta de Malvinas hizo caer muchas caretas y desaparecer muchas ilusiones sobre "ligaduras eternas", "fraternidad", etc. etc. etc.
Cuatro:
Ud. me dice que "no le cierra" esa propuesta hipotética, por que está fundada solamente en que los angloparlantes hayan matado a Mussolini, difamado a Pio XII (el otro día hubo otro feo episodio, que determinó que la Santa Sede no enviase su representante a un acto oficial en Israel), asesinado prisioneros de guerra, provocado guerras con mentiras y autoatentados ... y mil cosas más que nos hemos dejado en el tintero para no cargar indebidamente la romana.
Frente a todo esto, que son HECHOS REALES, una hipótesis de menor cuantía como la que yo presento, debería convertirse poco menos que en la recreación obligatoria de todo argentino, a fin de no estar atacado de quietismo el "día de la angustia".
Como, en efecto, nos sucedió en 1982. ¿O Ud. no cree que, después de tantos años de elogiar a los ingleses por todos los (falsos) medios al alcance de .... el dinero, era fácil hacerles una guerra justa? La Pérfida Albión, es y ha sido verdadera maestra en desarmar enemigos antes del caso bélico; la guerra de zapa psicológica ha sido su más agudo, sutil y eficaz estilete.
¿Ud. hubiese creído en abril de 1833 que dos fragatas de guerra, una norteamericana y otra inglesa, atacarían a la población argentina en las Islas Malvinas, para expulsarla e instalar una colonia propia? Ni Rosas lo creyó y hasta le sorprendió.
Le voy a ofrecer un caso notable, por el parecido: Tal vez el único argentino que no se hubiese sorprendido de la agresión anglo-chilena, hubiese sido José de San Martín, que conocía de sobra a estos ladrones y bucaneros y a nuestros hermanos de allende la Cordillera; y por eso expulsó al comodoro yanki que espiaba en Lima, o comprendió (no 'ordenó', como dicen los tontillos estilo García Hamilton o Pigna) por qué O'Higgins fusilaba a los Carrera, agentes angloyankis. O'Higgins había contratado al famoso marino británico Lord Cochrane como almirante de la incipiente flota chilena, por sus méritos en la guerra naval contra los franceses. Cochrane pasó el Ejército Libertador al Perú y auxilió así la empresa libertadora; poco después, y pese a las muestras de desconfianza de San Martín, huía del país llevándose barcos, tesoro (argentino, claro está) e incipiente Armada Chilena. Las malas lenguas dicen que repartió con nuestros vecinos los despojos del Tesoro del Ejército Argentino tan vilmente robado. Y estos malpensados argumentan, para pensar así, que si Cochrane no hubiese sido socio de los chilenos, después del robo hubiese sido destituido (a este escocés se lo recuerda solamente como almirante chileno, ver aquí), pero, sobre todo, no sería posible que desde hace casi 150 años ininterrumpidamente, un buque de guerra de la Armada Chilena llevara su nombre ...
Y ninguno el de "Almirante Brown", por ejemplo, cuya historia tiene mucho más de significado para la indpendencia Chilena que ese turbio escocés ladrón.
¿Qué otras pruebas necesita, querido Muret, lector asiduo...?
Le reitero: la situación es hipotética y así la hemos presentado; pero concédame que los antecedentes son algo pesaditos ...
Un amigo, recio escritor, dice que si Dios no existiera, valdría la pena vivir como un inglés. Por mi parte, yo preferiría vivir en tal caso como un romano, pero nunca como un inglés, que vive como si Dios no existiera pero pretendiendo desacreditarlo, por si acaso.
Solamente una hipocresía consumada puede producir el tipo humano que tan bien caracerizó Chesterton en varias ocasiones.
¿Y no los creeríamos capaces de una cosa así ...?
Tenga en cuenta, además, que esta no es una página de noticias, sino de comentarios sobre noticias, donde se discute con total libertad (no como en Anglolandia, donde a uno lo meten preso si piensa una cosa distinta a lo que el Gobierno quiere: como Ezra Pound, por ejemplo, o David Irving) cualquier cosa, siempre que se guarden la compostura y la lógica.
Como Ud. y yo, ahora. Pero allá esto, no sería posible, o bien, estaríamos en la cárcel los dos (tenga o no razón: lo importante es defender el derecho a expresar libremente las ideas. Y a refutarlas, es claro. ¿Le sorprende que yo diga esto? Algún día me explicaré.)
Bien, creo que esto ameritaría otra extensión, otro medio y otros recursos. Pero por hoy, me parece que le he respondido, apreciado Muret.
Mis cordiales saludos
L. b-C.